"LA PNEUMATOLOGÍA DESDE EL
CONCILIO VATICANO II HASTA LA ACTUALIDAD"
Desde
el Vaticano, 25 de junio 2002
"El Espíritu Santo es
comunión con Cristo"
Esta afirmación de San Ireneo (Adversus
haereses, III, 24, 1) nos introduce en la reflexión teológica de la novedad
del Nuevo Testamento en relación del Espíritu Santo: Dios revela en la
totalidad de los tiempos, que su Espíritu es fuente que brota del misterio de
la encarnación del Verbo y que la Redención será realizada por medio de Cristo
en el Espíritu.
Los textos conciliares y el correspondiente Magisterio de la
Iglesia proclamaron y profundizaron esta verdad dogmática, que tiene gran
importancia moral y pastoral: el Espíritu Santo es el lugar personal en el que se hace posible el encuentro y la vida del
hombre con Dios.
Es el tema que debemos afrontar esta semana como parte de la
formación de los sacerdotes: "La
Pneumatología desde el Concilio Vaticano II hasta la actualidad".
Al Espíritu protagonista de la preparación y de la venida de
la Palabra en la historia, ha sido confiada la misión de realizar en el tiempo,
el diseño de salvación: desde la creación del universo - cuando el Espíritu de
Dios se movía sobre las aguas Cf. Jn
1, 2)-, a la parusia del Verbo, en la
entrega de todo a Dios: cuando Dios será
todo en todos (1 Cor 15, 28).
San Gregorio Nacianzeno resume esta verdad en el siguiente
modo: "Cristo nace y el Espíritu lo precede; es bautizado y el Espíritu lo
testimonia; es puesto a la prueba y él lo conduce a Galilea; cumple los
milagros y él lo acompaña, sube al cielo y el Espíritu le sucede (Discursos,
XXXI, 29).
En Cristo, portador y "dador de vida" (1 Cor 15,
45) se realiza, entonces, integralmente el proyecto divino, el de unirse con el
hombre divinizándolo: por esto, se puede afirmar que Cristo,, en la Potencia
del Espíritu, es la unión perfecta entre Dios y el hombre.
Con palabras del Santo Padre, de su Carta Encíclica Dominum et vivificantem, recordamos que
la salvación "viene totalmente operada por el Hijo como Unción, que ha
venido y actuado en la potencia del Espíritu Santo, ofreciéndose al final en el
sacrificio sobre los maderos de la cruz. Y esta redención es, al mismo tiempo,
realizada constantemente en nuestros corazones y en nuestras consciencias
humanas - en la historia del mundo - por el Espíritu Santo que es el otro
consolador" (n. 24).
En diferentes aspectos esto se desarrollará en esta sesión
internacional por los Teólogos invitados, a los cuales doy el más vivo y
cordial agradecimiento por su participación. Recordamos que las ponencias se
desarrollan en conexión directa con diez naciones de los cinco continentes.
Las tres relaciones de veinte minutos, divididas en tres
partes, respectivamente serán: S. E. Prof. Rino Fisichella, desde la Sede de la
Congregación para el Clero de Roma; el Prof. Stuart Bate desde Johannesburg y
el Prof. Silvio Cajiao desde Bogotá.
Dichas relaciones serán
intercaladas por varias ponencias de tres minutos, tenidas respectivamente por
el Prof. Alfonso Carrasco Rouco desde
Madrid, por el Prof. Michael Hull desde Nueva
York, por el Prof. Gregory Gaston desde
Manila, por el Prof. Jean Galot desde Roma,
por el Prof. Gary Devery desde Sydney,
por S. E. Mons. Tadeusz Kondrusiewicz desde
Mosca, por el Prof. Gerard Müller
desde Munich, por el Prof. Louis
Aldrich desde Taipei y, al final, por
el Prof. Bruno Forte, nuevamente desde
Roma.
¡Felicidades a todos y que su participación sea buena!
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